Dirección: Woody Allen
Reparto: Owen Wilson, Marion Cotillard, Kathy Bates, Michael Sheen, Carla Bruni, Adrien Brody
Música: Stephane Wrembel
Año: 2011
Género: Comedia. Romance
Duración: 94 min. aprox.
Sinopsis
Gil es un joven aspirante a escritor
americano enamorado profundamente de París. Aprovechando una visita de negocios
de sus suegros a la ciudad de las luces, visita de nuevo esta ciudad en
compañía de su prometida, Inez. La situación con ésta se complica tanto por los
constantes desprecios de sus suegros como por el encuentro fortuito de su novia
con unos amigos. Una noche Gil decide despejarse y caminar solo por las calles
de la ciudad. De repente, invitado por unos extraños personajes, entra en un
antiguo coche que le lleva a retroceder en el tiempo hasta los años veinte, la
época que él considera la edad dorada de Paris. Allí conocerá a los personajes
más relevantes de esa etapa, muchos de los cuales admira profundamente: Hemingway,
Scott Fitzgerald, Picasso, Dalí… y a la hermosa Adriana.
Comentario
Aun siendo muy aficionados al cine de Woody
Allen, es justo reconocer que llevaba una serie de años con películas bastante
pobres (quizá es El sueño de Casandra
la última que merecía la pena). Afortunadamente, Midnight in Paris rompe con esta mala racha. No estamos ante una de
sus habituales comedias con chistes y escenas divertidas constantes, aunque la
cinta no está para nada exenta de humor. A pesar del toque ficticio que le da el
viajar en el tiempo, no es esa la idea primordial del argumento. Lo que se
pretende durante esta hora y media es que reflexionemos sobre la asumida
sentencia de que todo tiempo pasado fue mejor. ¿Hubiéramos sido más felices si
hubiéramos nacido en una época pasada? No se busca dar una respuesta a esta
compleja pregunta, sino más bien analizar, en tono de humor, si lo que ahora
nos atrae tanto de ciertas lejanas épocas nos hubiera llenado si el azar nos
hubiera situado en ellas.
Gil, Ernest Hemingway y Gertrude Stein |
Es curioso ver cómo la interpretación del
protagonista, Owen Wilson, es descarada y provocadamente similar a aquellas del
propio Allen en los tiempos en que se autoasignaba el papel principal (Manhattan, La maldición del escorpión de jade, Un final made in Hollywood). Hay que mencionar que este actor
tiende a no variar demasiado sus gestos faciales, aunque esos bruscos
movimientos corporales y esa semitartamudez (al menos en el doblaje) definen
bastante bien los rasgos del personaje, inseguridad, nervios, apasionamiento,
indecisión. Es por esto que se puede considerar la actuación de Wilson como aceptable.
Es quizá la actriz francesa Marion Cotillard quien, en su papel de Adriana, no
destaca especialmente, aunque su rol tampoco requiera de excesivas dotes
interpretativas. El resto del filme es una secuencia de apariciones bastante
cortas de otros actores pero que esencialmente son el sustento de la película y
las que le provocan un ritmo adecuado. Resulta realmente simpático ver cómo son
representadas personalidades tan célebres como Hemingway, Scott Fitzgerald,
Picasso, Belmonte, Buñuel, Matisse o Gauguin. Es especialmente divertido el
papel de Adrien Brody (El pianista, La
delgada línea roja, El bosque) haciendo de Salvador Dalí en una secuencia
desternillante; de esta escena ponemos un fragmento bajo estas líneas (clicad en la imagen para verla más grande). También podemos ver a Carla Bruni en un breve papel como guía
turística. La verdad es que, como actriz, deja bastante que desear.
Man Ray, Luis Buñuel, Gil y Salvador Dalí |
Quizá se echa de menos algo más de variedad
musical en la película, pues toda ella va acompañada de una misma melodía, si
bien es cierto que ésta es muy apropiada, pues evoca claramente el lugar y la
época a la que se hace referencia. Aparte de esta pequeña secuencia musical, la
obra se acompaña de los sonidos que los personajes escuchan en directo:
canciones de Cole Porter en la fiesta de los Fitzgerald, el cancan de Offenbach
en el café parisino…, todas ellas obviamente en perfecta consonancia con las
escenas.
Hay que reconocer que se trata de un tema que
requiere unos ciertos conocimientos. Nosotros, en nuestra limitada cultura,
desconocíamos algunos de los imitados o sus rasgos más característicos. Sirva a
modo de ejemplo la siguiente escena: en una de las fiestas relatadas Gil se
cruza con Luis Buñuel y le dice, a modo de consejo, que piense en rodar una
película sobre un grupo de personas en una habitación que, sin impedimentos
aparentes, no pueden salir de ella. Buñuel se queda notablemente extrañado y
confuso ante semejante idea en apariencia absurda. A posteriori hemos
descubierto que, en efecto, Gil estaba haciendo referencia a El ángel exterminador, largometraje de
este director que desconocíamos hasta la fecha.
Por todo esto la película, además de un
evidente y emotivo homenaje a la capital francesa, con innumerables tomas de la
ciudad y de sus lugares emblemáticos, es una historia ingeniosa y divertida a
la vez que con un punto filosófico. Un filme que difícilmente desagradará a
nadie con un guión sobresaliente.
Nota: 8/10.
2 comentarios:
Hola, he llegado hasta aquí por un comentario que dejasteis en A cámara lenta. Encantada de conoceros ;)
Coincido con vosotros en la crítica, ¡y me ha encantado recordar esa escena con Dalí y cia.!
Nos leemos
Nos alegra tu visita!!
La verdad es que sí, la escena de Dalí consideramos que es la mejor de la película. Muchas gracias por tu comentario!! Te esperamos por aquí.
Nos leemos!!
Publicar un comentario