Posiblemente a muchos de nuestros lectores no les suene de
nada este nombre; a otros quizá sí; el caso es que a mí me es familiar desde
hace bastante tiempo. Debía tener yo escasamente ocho o nueve años cuando
llegaron a mis oídos por primera vez unas frases salidas de la boca de Krahe.
Lo simpático del asunto es que estas palabras provocaron en mi infantil
inocencia una mezcla de sorpresa, escándalo y risa tímida, en ese orden. El
motivo: en la canción se oía claramente cómo se decía la palabra “gilipollas”.
Que mi padre, con dos hijos de tres y ocho años, hiciera sonar un vinilo donde
pronunciaban esos tacos que tanto nos habían censurado no era demasiado
corriente. Años después supe que precisamente esa canción era una traducción
(algo libre) de una de Georges Brassens. Pero, por ese entonces, ese fue mi
único acercamiento a la música de este cantautor.
Bien entrado en mi adolescencia me aficioné a las letras de
Joaquín Sabina, lo que me hizo rebuscar entre las cintas de cassette de mi
progenitor (sí, esas cosas planas del paleolítico inferior a las que había que
darle la vuelta para escuchar la cara B) intentando dar con algo de este poeta
urbano. Allí, en efecto, encontré algo de mi objetivo, pero lo curioso es que
no cantaba solo, sino que con dos chicos más, uno de los cuales era, como bien
se pueden imaginar, Javier Krahe. Ya mi selectiva memoria había borrado de sí
aquel extraño apellido, pero verlo escrito me recordó aquel “gilipollas” que
tanto me impresionó en su momento. Conociendo a dos de los tres elementos de
ese grupo que se hacía llamar “La mandrágora” (en honor al local donde habían
grabado en directo ese disco) merecía la pena darle una oportunidad de sonar y
poder escucharlo. Y entonces, por fin, se puede decir que entré de lleno en la
música de Krahe. Ahí comencé a adquirir toda la discografía que pude, teniendo
en cuenta que, siendo tan poco comercial, era tarea harto difícil encontrar sus
trabajos en las tiendas.
Hay que destacar que las canciones de este ¿madrileño de
apellido vasco? Brillan especialmente por sus letras, a veces sarcásticas,
otras divertidas, otras originalmente románticas. Los instrumentos musicales,
habitualmente escasos, se limitan a servir de acompañamiento al casi recitado
de su voz grave y monótona. En cualquier caso los que lo seguimos vamos
buscando casi exclusivamente las nuevas letras con las que nos deleite los
oídos. Mentiría si negara que a cada nuevo disco o actuación en directo estoy
deseando que llegue el momento de las canciones divertidas o, dicho
vulgarmente, de cachondeo, para soltar unas cuantas carcajadas bien merecidas.
Además, se suele atrever con casi cualquier tema: si bien recurre con
frecuencia a gracias de tipo sexual, tiene grandiosos juegos de palabras y
rimas desternillantes. En su discografía se pueden encontrar desde novias que
fingen que no tienen orgasmos hasta pescadores navegando por la costa suiza
pasando por una moderna versión de la Odisea.
Aunque con diferencia lo mejor es verlo actuar en directo.
Suele hacerlo en cafeterías, locales o auditorios de escasa capacidad, donde el
trato con el público es mucho más cercano. Siempre da una apariencia de
despreocupado, tomándose una copa mientras actúa o echando un cigarrito (quizá
ahora no se lo permitan, lo desconozco), y con el guión no demasiado aprendido.
Aun así las risas son una tónica constante sin excepción. Los comentarios de
presentación y conclusión de cada canción son, a veces, más humorísticos que la
propia canción. En caso de no tener ocasión de verlo en vivo, la alternativa
sería escuchar algunos de sus discos grabados en directo, donde siempre incluye
todas sus paranoias pre-canción.
Es inevitable que tanto en sus trabajos de estudio como en
sus actuaciones se cuele alguna que otra canción romántica. Aquí, todo sea dicho, es donde este cantautor
flojea ligeramente, ya que si bien podemos encontrar algunas metáforas o rimas
que nos hagan esbozar una leve sonrisa por su originalidad, el grueso de estas
piezas suele ser de escaso valor musical y, quizá porque sean en efecto
canciones algo vulgares o quizá porque solemos ir mentalizados a sacar a
relucir nuestra risa más pura, resultan algo aburridas.
Tal vez por todo esto el calificativo que más le podría
definir no sería el de cantautor, sino más bien algo como “showman musical”
pues, si bien la voz y sus melodías a veces dejan bastante que desear, es
innegable que la diversión y el disfrute de unas letras elaboradas están
asegurados, al menos para quien, como un servidor, prefiere con gran diferencia
un humor inteligente y agudo al desgraciado sentido de lo cómico actual con los
bodrios de comedias que nos inundan cada día más.
Para muestra de su sarcasmo innato, unos cuantos enlaces (atención a las letras):
2 comentarios:
Hola!!
Me he decidido a comentar un poco tu blog ya que todo lo que tenga que ver con este pedazo de artista,digamos que... Me interesa.
Parece que es una máxima la llegada de los amantes del "Género Krahe" a su descubrimiento a una edad relativamente temprana y con un punto de coincidencias bastante reseñable. Unos nos quedamos en él,otros,como es tu caso,salieron de él para con el tiempo regresar y quedarse,espero.
En cuanto a tu opinión con respecto a la calidad las letras de sus canciones en función de la temática he de añadir que discrepo contigo profundamente en cuanto a la calidad de sus temas más románticos,más serios o menos irónicos. El "Vals del perdón" es una de las canciones de amor mas bonitas que yo conozco,sin asomo de flojera,claro que las canciones románticas son canciones mas "femeninas" ,por llamarlas de alguna manera y gustan mas al público femenino.¿Y qué me dices de "En la costa Suiza"? es una canción muy seria y excelente. Te aconsejo acudir a mas a sus directos,verás cuantos detalles pasados por alto descubres,te asombrará.
Aquí encontrarás también mucha información sobre el artista,quizá te sirva de ayuda para ampliar tus conocimientos sobre el gran Javier Krahe:
http://www.proyectokrahe.org/index.php/P%C3%A1gina_Principal
Un cordial saludo.
Glauka.
Hola Glauka, gracias por tu comentario. Lo primero, qué más quisiera yo que poder acudir más a sus directos, lo que pasa es que por mi ciudad suele venir muy de vez en cuando (aun así le he visto en directo cuatro veces), y pienso ir siempre que me pille cerca.
En cuanto a sus "canciones románticas", no quise decir que no me gustaran, simplemente que prefiero las que son en tono más humorístico, pero reconozco que hay muchas románticas muy buenas (por ejemplo, "Paréntesis" me encanta). De todas formas estoy abierto a leer, escuchar y aprender más sobre su música, ya que tampoco me considero un gran experto como para emitir un juicio general sobre el gran Krahe.
Gracias de nuevo por tu aportación. Un abrazo!!
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