Canon de Clásico Disney: 9
Título original: Fun and fancy free
Dirección: William Morgan, Jack Kinney, Hamilton Luske, Bill Roberts
Reparto (doblaje): Cliff Edwards, Edgar Bergen, Luana Patten, Clarence Nash, Anita Gordon, Dinah Shore
Música: Paul J. Smith, Eliot Daniel, Oliver Wallace
Año: 1947
Género: Animación. Familiar
Duración: 73 min. aprox.
Sinopsis
La película se divide en dos cortometrajes independientes entre sí: por un lado nos cuenta la historia de Bongo, un oso circense que escapa al bosque, donde tendrá que acostumbrarse a sus nuevos compañeros y a su nueva vida. Por otro lado, Mickey, Donald y Goofy representan una versión libre del cuento de Jack y las judías mágicas, en el que tendrán que recuperar un arpa cantora de las manos de un malvado gigante.
Comentario

Estamos ante otro clásico más de esta etapa de Disney en la que estas películas suelen consistir en diversos trozos independientes entre sí. Al menos, en este caso solamente son dos secciones de una duración más o menos aceptable. Además, vienen presentadas por un personaje viejo conocido entre los aficionados de la factoría, Pepito Grillo, quien, para la primera historia, les pone un vinilo en un tocadiscos a una pareja de muñecos que parecen tristes y, para la otra, se cuela en una casa donde alguien cuenta la historia a una niña real y a dos muñecos parlantes.
La parte del oso Bongo no es, desde luego, ninguna maravilla. Para empezar, resulta muy empalagosa, tanto cuando Bongo disfruta de su recién conocido bosque como cuando se topa con la osa de la que se enamora. La propia narración redunda mucho en el aspecto de demostrar la felicidad osuna conforme va descubriendo las sorpresas que le depara la naturaleza. El dibujo tampoco aporta nada nuevo, ya que la mayoría de los animales que aparecen, que no son pocos, nos recuerdan asombrosamente a los ya vistos en
Bambi, Blancanieves o
Dumbo, por ejemplo.

Pero si una parte criticaríamos con vehemencia de esta sección es la forma tan absurda que tienen de poner en contra, brevemente, a la pareja de osos, a saber, la osa abofetea en repetidas veces a Bongo, quien no reacciona y alucina ante estos hechos. Al no ver respuesta por parte del macho, la osa se deprime y se va con cara de pocos amigos. Luego se especifica que esa es la forma en que estos plantígrados se demuestran afecto. Creemos que podrían haber buscado otra manera de producir una separación temporal, pues, sin que seamos expertos en osos, no tenemos constancia alguna de que estos animales exterioricen su cariño a sopapo limpio.
La parte de Mickey y las judías mágicas es algo más entretenida que la primera, aunque sólo sea por la aparición de estos tres simpáticos personajes. La trama es, en esencia, la historia popular de Jack y las judías mágicas con alguna variante: los tres amigos viven en un pueblo muy fructífero hasta que el gigante roba el objeto que mantenía al pueblo en su esplendor, un arpa cantante (añadidura de Disney con respecto a la historia original, suponemos que para dar cabida a la voz de Anita Gordon). El lugar se seca y apenas se puede vivir en él hasta que, por error, Donald planta unas habichuelas (o judías, depende de la versión) mágicas que permiten al trío llegar a la guarida del gigante.

La historia es amena y divertida, con sus toques de emoción, aunque es bastante previsible al estar basada en algo popular. Personalmente pensamos que sobra el arpa y sus gorgoritos, ya que ralentizan en parte el ritmo de la trama, y era algo fácilmente sustituible por cualquier otro objeto con cualidades divinas. No nos ha terminado de convencer la forma de presentar este cuento, en una secuencia protagonizada por Edgar Bergen, un conocido veltrílocuo de la época, y por dos de sus muñecos. Se ve algo forzada y hubiésemos preferido algo más sencillo, del estilo de Pepito Grillo en la primera parte (personaje que, por cierto, ahora aparece sin pintar prácticamente nada).
Estamos, pues, ante una película con dos partes muy diferentes y que va de menos a más. Aun así, siempre seremos partidarios de no realizar películas a base de pegar pedazos. Ese método puede servir para un show cómico o de otro tipo, pero no para una película como tal.
Nota: 4/10.
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