¡Ya nos gustaría a nosotros poder aplicar este célebre estribillo de Aute con el que he titulado la entrada! Pero no puede ser, y hay varios motivos para ello. La falta de tiempo ocioso es uno de ellos, pero ni es el principal ni es el objeto de mis quejas, pues al menos un par de veces al mes, salvo casos excepcionales, se pueden sacar un par de horas para sumergirse en la oscuridad de una sala y disponerse a introducirse de lleno en la cinta elegida. Nuestros impedimentos actuales son de otra índole.
Por un lado, sí, lo habéis adivinado, tenemos el excesivo precio de las entradas. Todos sabemos que con la entrada del euro prácticamente todo ha subido de precio, pero me atrevería a decir que la posibilidad de ir al cine es una de las cosas que, proporcionalmente, más ha incrementado su coste. Mi selectiva memoria no alcanza a recordar el precio de las entradas en mi más tierna infancia, pero los 7,20 euros que vale actualmente en nuestra ciudad cada pase normal me parece tremendamente costoso, por no hablar de los pases en 3D, en fines de semana o en butacas VIP. Cierto es que hay descuentos para una amplia variedad de personas, entre estudiantes, jubilados, grupos o día del espectador, pero ni el recorte de su valor es tanto ni todos estamos en disposición de incluirnos en algunos de esos grupos.
Es obvio que no estamos hablando de una cantidad tan inasequible, no es como comprarse un Mercedes, y si una película realmente nos motiva no dudamos en ir a visionarla, pero ese método de optar por ir al cine y decidir el filme una vez en la entrada se acabó, pues normalmente se terminaba por ver alguna película que, a priori, no nos decía nada. No eran pocas las personas que, hace unos años, tenían como costumbre visitar una sala cinematográfica una vez por semana, sin falta. Es lógico que el número de personas que llevaban a cabo esta cinéfila costumbre ha disminuido, pues hacer esto hoy en día, suponiendo que no se encuentre en el privilegiado grupo de las entradas reducidas, le supondría un coste aproximado de 375 euros por año, que se dice pronto. Así pues, un servidor solamente va al cine cuando realmente tiene interés en ver la proyección, no por el mero hecho de salir a alguna parte.
Pero mi crítica no acaba aquí, sino que hay otro punto que me molesta considerablemente, y es la falta de variedad en cartelera. En unos años hemos pasado de los pequeños cines con una o dos salas exclusivamente a los grandes multicines con no menos de diez salas cada uno. La cosa prometía, ya no sería necesario tragarse alguna de las pocas películas que ofertaba cada cine, sino que la oferta sería muchísimo más amplia. Pero el resultado ha sido algo más decepcionante del esperado, si bien es lógico que la oferta sea mayor, mas no es tan elevada como la cantidad de salas merecería.
Me resulta de lo más enervante cuando en unos mismos multicines están poniendo el mismo filme en tres o hasta cuatro salas distintas. Esto hace que, por ejemplo, en un centro con doce salas de proyección solamente tengan en cartel cinco o seis películas. Supongo que la explicación es la de siempre: poner en diversas salas esas superproducciones que anuncian hasta en la sopa y así incitar con más fuerza a su visualización ("si la ponen en tantas salas será porque es muy buena"). Todo eso está muy bien, pero ¿qué hay de la proyección de esas otras películas no tan comerciales o comercializadas que tienen un público también importante, aunque menos ruidoso? O directamente no llegan a las salas, o las tienen puestas una o dos semanas y a las primeras de cambio las eliminan. Esto se podía entender cuando apenas había salas, pero a día de hoy me parece una falta de respeto al séptimo arte.
Y, ante todo, que nadie se deje engañar. Muchas veces aparecen en cartelera muchas películas, pero hay que fijarse en los horarios. Por poner ejemplos concretos y recientes, hace poco queríamos haber ido a ver tanto Frankinweenie como A Roma con amor, y nos confiamos porque tanto al pasar por delante de los cines como mirándolo por internet veíamos que seguían en cartel. Sí, es cierto que seguían, pero en un solo pase a las cuatro de la tarde o cosas por el estilo, vamos, esas horas en las que la gente normal está haciendo otras cosas. Tener tantas salas para que lleguen tan pocas películas a España (comparadas con las que no llegan) me resulta absurdo, si bien no desde el punto de vista comercial, sí desde el punto de vista cinéfilo y artístico.
La conclusión de todo esto es que en casos como el nuestro, personas que, sin ser asiduos todas las semanas, sí que íbamos al cine con cierta frecuencia, ahora apenas vamos tres o cuatro veces al año, y siempre para ver cintas que realmente nos interesan. De momento se acabó eso de acercarse a la taquilla y comprar la entrada para la primera película que se nos antoje. ¿Hasta cuando? Pues hasta que cambien el coste y la variedad de las salas o hasta que nos toque la lotería. No sé qué pasará antes.
La conclusión de todo esto es que en casos como el nuestro, personas que, sin ser asiduos todas las semanas, sí que íbamos al cine con cierta frecuencia, ahora apenas vamos tres o cuatro veces al año, y siempre para ver cintas que realmente nos interesan. De momento se acabó eso de acercarse a la taquilla y comprar la entrada para la primera película que se nos antoje. ¿Hasta cuando? Pues hasta que cambien el coste y la variedad de las salas o hasta que nos toque la lotería. No sé qué pasará antes.
5 comentarios:
Yo llevo sin tiempo sin ir al cine, desde hace tiempo soy muy selectivo y ya no puedo ir a ver todas las que se me antojen, ademas como bien dices a veces las que me interesan o las quitan enseguida o la hacen a horarios que no te vienen bien...
Cuanta Razón. :)
Tenéis toda la razón. Me encanta ir al cine, lo disfruto un montón, pero se pasan con los precios. En Madrid cuesta 8€ con algo la entrada con las últimas subidas, imaginar si encima queréis beber o comer algo mientras ves la peli ya te arruinas. Se quejan mucho de la piratería pero no me extraña nada la verdad...
Nosotros aun hemos bajado más las visitas al cine -.- Una película al año o dos como mucho ¬¬ Estamos totalmente de acuerdo en lo que comentáis, el precio me pone (yue) personalmente negro, cada vez que veo lo que valen las entradas me pongo... o.O Así que casi todo el cine que vemos es en dvd -.-
Vemos que no somos los únicos que hemos reducido mucho nuestras visitas al cine por culpa, sobre todo, de los precios. La mayoría estamos ahora más por los DVD y el cine en casa que por las salidas.
Gracias a todos por vuestros comentarios!!
Un abrazo!!
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